lunes, 11 de abril de 2016

Piel de oso


Los cuentos cuentos son muy importantes para el desarrollo psicológico infantil. Gracias a ellos, los pequeños estimulan su imaginación y su lenguaje, pero además, les ayudará a prepararse para situaciones difíciles y para aprender valores.

Los cuentos no solo deben estar presentes en casa, reforzando los lazos entre padres e hijos, sino también en la escuela, donde se usan como un recurso fundamental en la educación.

El cuento del que vamos a realizar la adaptación  es "Piel de oso".

Los hermanos Grimm, Jacob Grimm(1785-1863) y Wihelm Grimm(1786-1859), fueron recogiendo historia por los pueblos y publicaron un libro de cuentos folclóricos, con la intención de conservarlos y que no se perdieran.






Los cuentos folclóricos no tienen autor, y han ido pasando de generación en generación mediante la tradición oral. Al ser trasmitidos de esta manera, los cuentos cambian, porque los narradores lo cuentan de memoria. Otra de sus características es el anonimato, hay tantos autores como personas lo hayan contado a lo largo de la historia.

En estos cuentos, los niños no se suelen identificar con los personajes, ya que suele existir diferencia de edad, pero aun así, los van a ver con admiración y con deseos de parecerse a ellos en un futuro. Aunque como siempre, lo fundamental de un cuento, sea cual sea, es que los niños disfruten con él, aumenten su imaginación, su fantasía y sean capaces de "soñar". 

Para hacer la adaptación, he tenido en cuenta la edad de los niños a la que va dirigida. En este caso, a niños de entre 4-6 años, aunque se puede utilizar en edades un poco más avanzadas. Un cuento siempre gusta, sin importar la edad.


ADAPTACIÓN DEL CUENTO "PIEL DE OSO"

Erase una vez, en un lugar muy muy lejano, un espectacular reino llamado Ávalan. Desde su castillo, en lo alto de la colina, se divisaban todos sus dominios, que un tiempo atrás habían sido grandiosos. Por culpa de la guerra, habían perdido gran parte de sus riquezas, y ahora sus habitantes pasaban hambre. 





En el castillo, vivía el rey con su hijo Miran. Era un joven inteligente, bondadoso y de buen corazón. Su padre le estaba preparando para que en un futuro, no muy lejano, fuera el rey. Le enseñaba buenos modales, el uso de la espada, o a impartir justicia entre los habitantes. Pero al príncipe le preocupaba más que sus habitantes pasaran penurias. Así, Miran decidió poner fin a esta situación. Para ello, debía partir y salvar a su reino. 

- Hijo mio, coge este anillo. Perteneció a tu madre y te protegerá en tu camino.

El príncipe, con lágrimas en los ojos, recordando a su madre, cogió el anillo y salió del castillo. Bajo la colina en dirección al pueblo, atravesó sus calles y sus campos. Peguntaba a los campesinos, e incluso a los magos y brujos sobre la penosa situación del reino y como podía arreglarla. Pero nadie tenia la solución. 

Fueron pasando los días, las semanas, los meses, y la angustia se iba apoderando de él. Un día, llego al río que ponía fin a los territorios de su reino. Empezó a llover, una enorme tormenta se aproximaba y decidió refugiarse en una pequeña cueva que se escondía tras unos arbustos. Miran se quedó dormido poco después. 

- ¿Así pretendes arreglar la situación de tu reino?. Escucho una voz en la sombra

- ¿Quién eres? 

- Me llamo Animus, ¿No me conoces?

- No es posible. Dijo el  joven en voz baja, pensando que el duende no le escucharía.



Había oído hablar muchas veces de Animus. En ese momento sintió mucho miedo. Todo el mundo le temía. Por el reino se escuchaba que el maléfico duende concedía deseos, pero siempre con un elevado precio. 

- ¿Qué quieres Animus?

- Yo puedo darte lo que tú necesitas. 

Miran se dio la vuelta sin querer hablar con él. Pero el duende insistió.

- Puedes conseguir todo el dinero que quieras para salvar tu reino. A cambio solo debes cumplir tres requisitos: El primero es que no podrás permanecer en un mismo lugar más de una semana. -¿Qué te parece? 

- No hay problema. Dijo el joven 

- El segundo requisito, es que debes encontrar el amor verdadero.

- No creo que haya ningún problema. Repitió el muchacho

- Y por ultimo, deberás llevar puesto siempre este abrigo, sin lavarte, peinarte, cortarte el pelo o las uñas.

- No hay ningún problema. Sonrió el príncipe  

El duende le explicó que todos estos requisitos debería cumplirlos durante 7 años, al cabo de los cuales se reunirían en el mismo lugar. Si lo había conseguido, tendría siempre dinero para su reino, pero si no superaba esas pruebas se quedaría sin dinero y con la apariencia que tuviera. 

Para finalizar el trato, Animus le dio el abrigo de piel de oso. El joven se lo puso, metió una mano en el bolsillo y saco un puñado de monedas, comprobando que lo que le había dicho el duende era cierto. 

El joven comenzó a caminar, empezaba su aventura.

- ¿Qué son 7 años a cambio de riquezas para siempre?. Mi reino nunca más pasará hambre. Miran iba pensando en lo bueno del trato que había hecho con el duende, pero no en las consecuencias que conllevaba. 

Cada poco iba metiendo la mano en el bolsillo. Sacaba las monedas de oro y las ponía en el suelo, y continuaba su camino. De esta manera, iba repartiendo riquezas para que las cogiera quien las necesitara. 

Paso por muchos pueblos, encontró a mucha gente y siempre les ayudaba. Todos se acercaban a él.

Pero los meses pasaron, y ya no era el joven apuesto de antes. Ahora tenía la apariencia de un descuidado pobre, de un vagabundo. Su pelo iba creciendo, su barba también. El abrigo estaba sucio y sus uñas largas. Ahora, la gente ya no se le acercaba tanto. 

Transcurridos 2 años, su aspecto era igual que el de una bestia, todos huían de él. Le rechazaban, le tenían miedo. Así, cada día se iba alejando más y más de los pueblos y de sus habitantes. Se sentía mal, ya nadie le quería. Ni siquiera el dinero hacía posible esto, era más fuerte el temor que el conseguir monedas de oro. 

Un día, alejándose de todo, llego hasta el bosque encantado. Dentro del bosque, Miran vio a lo lejos el reino de Vallagu. Decidió ir a verlo, a saber si en este lugar, quizá, sería bienvenido. Al llegar al puente que daba paso al reino, escuchó a alguien llorar.

- ¿Qué te ocurre?. Pregunto Miran

El hombre, cuando le vio aparecer, se alejó rápidamente de él. 

- No temas, no te haré daño. No te dejes asustar por mi apariencia.

- No sé como dar de comer a mis tres hijas. No sé donde vamos a vivir. Dijo el pobre hombre entre sollozos. 

Acércate, yo puedo ayudarte. 

El hombre se fue acercando, Miran metió la mano en el bolsillo y le enseño un puñado de monedas de oro. El hombre agradecido le invitó a quedarse en su humilde hogar.

Cuando llegaron a la casa, del pobre campesino, sus hijas Elvira, Leonor y Valet, salieron a recibirle. Eran tres lindas muchachas, aunque la pequeña Valet brillaba como las estrellas. Elvira y Leonor, al ver a aquella bestia, lo rechazaron, no querían permanecer al lado de semejante ser. Sin embargo, Valet se acercó a él. Era una joven de gran corazón, y la bestia no le daba miedo.

Durante la semana que Miran permaneció allí, Valet y él, pasaron muchos momentos juntos, y poco a poco los jóvenes se fueron enamorando. 

- Valet, debo partir. 

Miran cogió el anillo que le dio su padre y se lo entregó a la joven.

- Dentro de 5 años volveré a buscarte. Si cuando regrese, conservas el anillo, será señal de que me quieres. 

Pasaron los años y Miran vagaba sin rumbo. No era bien recibido en ningún lugar. Ahora, incluso le tiraban piedras para que no se acercara. Su aspecto cada día era peor. Había pasado de ser un joven apuesto, a parecerse a una bestia. 

Pasaron los años en soledad, aunque en su pensamiento siempre estaba Valet. Los días se hacían eternos pensando en la joven, contando el tiempo que faltaba para volver a su lado.

Así, llego el día de volver a encontrarse con Animus. Miran fue hasta la cueva del duende, donde este, ya le estaba esperando.

- Enhorabuena Miran. Lo has conseguido. Dijo el duende muy enfadado

- Sí, he hecho todo lo que me pediste. No he permanecido más de una semana en un lugar, he encontrado el amor, y no me he quitado el abrigo de piel de oso. Ahora te toca cumplir tu parte del trato.

Animus le despojó de la piel de oso, y le transformó de nuevo en aquel joven apuesto que un día había sido. Le dio una bolsa, de donde Miran podría seguir sacando todas las monedas de oro que fueran necesarias.  De esta manera comenzó a caminar, para reencontrarse con Valet.

Cuando llego, con su gran carroza, sus impresionantes vestimentas y su gran belleza, las tres hijas del campesino, salieron a ver quien era aquel apuesto joven. Le invitaron a quedarse para la cena. Elvira y Leonor intentaban cortejarle, pero Valet ni siquiera le miraba.

Miran no veía el anillo, ¿ya no le quería?.

De repente se fijó en el cuello de la muchacha, de donde un bonito collar colgaba su anillo. Miran se levantó corriendo de la silla y se dirigió a ella.

- Soy aquella bestia de la que una vez te enamoraste.

Valet no se lo podía creer. Le miró fijamente a los ojos en los que vio la respuesta.

- ¿Aún quieres casarte conmigo?

- Claro que sí. Dijo la joven sin poder contener las lágrimas.

En el reino de Ávalan, celebró una gran boda a la que todos sus habitantes fueron invitados. Todo el reino estaba agradecido por la abundancia y el esplendor que el joven príncipe les había devuelto. Pero sobre todo estaban contentos porque había encontrado el amor de su vida.

Y COLORÍN COLORADO, ESTE CUENTO, SE HA ACABADO





ASPECTOS QUE HE MANTENIDO:

- En la adaptación, he mantenido la estructura del cuento, con un planteamiento, nudo y desenlace. Su cronología es lineal, apropiada para niños, que de esta manera pueden seguir y comprender el cuento sin dificultad. 

- Los protagonistas de los dos cuentos tienen los mismos rasgos de personalidad, son generosos, bondadosos, tienen buen corazón. Ambos experimentan el rechazo por parte de otras personas, y la marginación, pero no sienten odio hacia ellos. De esta manera, los niños verán en él, un referente a seguir, un héroe. 

- Los dos chicos tienen que abandonar su hogar y enfrentarse solos al mundo 

- Hay un encuentro con un personaje mágico, con un trato que dura 7 años, con este número he intentado que los niños vean que es un periodo largo. 

- Se da ayuda a gente necesitada, y hay un encuentro con un anciano que llora. Estos aspectos se han mantenido para fijar la personalidad del protagonista y ver lo generoso que es. 

- Hay una entrega de un anillo, que simboliza compromiso eterno. En los dos cuentos, se consigue el amor, por su buen corazón y no por su apariencia. 

JUSTIFICACIÓN DE LOS CAMBIOS REALIZADOS:

En el cuento de los hermanos Grimm no se da importancia a los nombres de los personajes, sin embargo, en la adaptación si que los he puesto, ya que los niños seguirán mejor el cuento cuando se identifica un personaje con un nombre.  A los personajes de mi cuento, además, les he dotado de un nombre con significado:
  • El personaje principal, el soldado, ha sido reemplazado por un príncipe. Su nombre es Miran, que significa "paz".
  • El personaje del diablo, ha sido sustituido por un duende. Su nombre es Animus, que significa "espíritu". Para caracterizar su personaje, me he basado en Rumpelstiltskin, un duende que conseguía lo que quería con tratos que le favorecían y que era muy temido por todos. 
  • Las hijas del campesino, también tienen nombres: Elvira, Leonor y Valet.
- A los reinos les he llamado Ávalan y Vallagu. Este nombre también tiene su significado, quiere decir "valle del agua". 

- En la historia he introducido un bosque encantado, un lugar que aparece en "Once upon a time", y que representa el comienzo de los finales felices. 

- Mi protagonista vive únicamente con su padre y no fallece. Evitando la muerte y la crueldad de los hermanos. Creo que para los niños de estas edades, tanto la muerte como el desprecio, se debería evitar.

- He eliminado temas religiosos.

- El desenlace del cuento de los hermanos Grimm es infeliz, real, esto se debe a que la época en la que se escribió la literatura era realista. En el cuento, cuando el protagonista va a buscar a su amada, sus hermanas se suicidan. Sin embargo, en mi adaptación, el final es feliz, cosa que a los niños les encanta.

REFERENCIAS: 



4 comentarios:

  1. ¡Hola Sam!
    Tras leer tu adaptación, solo puedo darte mi enhorabuena, está todo muy bien expuesto.
    Me han encantado el resultado de tu historia tras los cambios que has realizado, son muy originales.
    El detalle que has incluido, en cuanto al anillo, que el padre entrega a su hijo para que le protegiera y luego él decidiera entregárselo a Valet, me parece un símbolo muy acertado y romántico ya que el protagonista se está desprendiendo de algo muy significativo para él, demostrando su amor por ella, es una muestra de amor muy interesante.
    Aunque hay algo de tu adaptación que no me termina de convencer, me refiero a uno de los requisitos que el duende impone al protagonista, Miran debe encontrar el amor, con esta condición la historia de amor se puede mostrar muy forzada.
    Como tú, yo también he optado por evitar la muerte en esta adaptación, aunque debemos tener presentes que no podemos proteger a los niños de todo, la muerte es una realidad, y en algún momento se tendrá que tratar.
    Con esto solo me queda darte mi enhorabuena de nuevo, para mi gusto es una de las mejores adaptaciones que he leído.
    Sigue así ;)

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    1. Muchas gracias por tu aportación.
      He incluido el tema del amor, para que se viera como el personaje(piel de oso), puede intentar buscar el amor. Pero, en este caso, será Valet quien se enamore de él, sin importarle su aspecto físico. Por lo que considero que no estoy forzando al personaje, aunque Miran se enamore, el amor es cosa de dos.

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